Posiblemente junto con el agua, el té sea una de las bebidas más antiguas de la humanidad. Con millones de adeptos y seguidores, se ha mantenido como una bebida estrella a lo largo de la historia.
En los últimos años el desarrollo de la industria del té y su comercialización ha sido clave en su desarrollo y en cualquier lugar que vayamos, podemos contar con la posibilidad de disfrutar de un buen té.
Pero, ¿cuál es el origen de esta bebida?
Seguramente sea esta una de las preguntas sin respuesta concreta de la vida. Existen multitud de leyendas e historias en torno a conocer el origen de esta planta y cuál fue la región donde comenzó su cultivo.
La cultura china nos cuenta que el té surgió de la mano de su emperador Shen-Nung en el año 2300 antes de Cristo. La leyenda cuenta que Neng se sentó a descansar bajo un árbol para hervir agua como tenía costumbre y de repente, cayeron unas hojas del misterioso árbol en el agua. Neng probó la bebida y dijo sentirse reconfortado y por tanto, mandó plantar semillas de ese árbol silvestre y nació el té.
Sin embargo, los japoneses tienen otra historia entorno al nacimiento del té. Según la versión nipona, el príncipe tras su peregrinaje durante tres años tuvo un sueño en el que parecían todas las mujeres con las que había estado y avergonzado se prometió a sí mismo no volver a dormir. Para poder hacer frente a su promesa, mascó hojas de un arbusto que encontró en el camino, casualmente de té.
Estados Unidos fue la región a la que más tarde llegó el té. Alrededor de 1650 un gobernador mandó un cargamento de té y en 1773 debido a los grandes impuestos que recaían sobre esta bebida, se inicio el famoso motín del té en Boston, el cual dio lugar a la guerra de independencia de Estados Unidos.
En las regiones africanas, el té llego de la mano de las rutas marroquís de comercio y en muchos países se ha convertido en la bebida nacional, como es el caso de Marruecos.
En España llegó a mediados del siglo XVIII como una moda importada de las regiones de Francia e Inglaterra.